sábado, 15 de noviembre de 2008

Quilichagüeños le jalan al fisicoculturismo


Néstor Fabio Buitrago
Corresponsal

Cuerpos esculturales, mucho sudor y músculos perfectos es lo que se ve en los gimnasios de Santander de Quilichao, donde muchos jóvenes de ambos sexos se esfuerzan por tornear sus cuerpos para verse más atractivos. Algunos participan en torneos y eventos nacionales, como el Campeonato Nacional de Fisicoculturismo y Fitnes, que se realizará el domingo 16 de noviembre en el polideportivo Mario Giraldo de El Santuario, Antioquia, al que asistirá en representación de Santander, Fabio Nelson Zapata, de la categoría novatos menos de 70 kilogramos.

Néstor Hugo Casiano, promotor del deporte de los músculos en el norte del Cauca, dijo a EXTRA que se está promoviendo esta práctica entre la juventud de Santander, como una alternativa a los deportes masivos como el fútbol o el ciclismo y añadió que el fisicoculturismo puede servir para mejorar el desempeño en las otras disciplinas.

Otros eventos
También participaron fisicoculturistas de la región en el Campeonato de Powerlifting que se realizó en Buga el pasado domingo 26 de octubre, al que asistieron Carlos Gutiérrez, de la categoría menos de 70 kg, y Marco Antonio Vargas, de más de 80 kg. Igualmente, el próximo 23 de noviembre se efectuará el Campeonato Departamental “Ironman” Novatos, en Tuluá, Valle, evento en el que Santander de Quilichao estará representado por Nelson Fabio Zapata, Néstor Hugo Casiano y Jader Mina.

Crónica de una mortandad animal en Santander

Por: Néstor Fabio Buitrago Giraldo

La vereda Palestina, en jurisdicción de Santander de Quilichao, se vio sometida a una cuarentena de consumo del agua de la zona, impuesta por la Secretaría de Salud Departamental del Cauca, debido a la muerte de una cantidad indeterminada de animales que resultaron envenenados con el plaguicida Monocrofs, producto empleado para el control de roedores.

La historia es como sigue. Un grupo de funcionarios de la CRC de Santander se desplazó el 16 de septiembre hasta la vereda Palestina, atendiendo los llamados de varios miembros de la comunidad que se quejaban de la muerte de sus animales domésticos y de corral. Sara Quiñónez, Diego Capote y Gerardo Carabalí, de la entidad ambiental, llegaron a la mencionada vereda, más exactamente al sitio donde se ubica la Granja Avícola Venecia.

Según la información suministrada por Sara Quiñónez, Ecóloga de la CRC, en el lugar se reunieron con el administrador de la granja y con siete personas de la comunidad, con quienes realizaron un recorrido por el río La Quebrada, que pasa por la zona. Así pudieron comprobar que una gran cantidad de gallinas y gallinazos se encontraban en estado de descomposición, algunos de ellos en la orilla del río y en lugares cercanos. Pedro Sandoval, uno de los perjudicados, informó que en los días anteriores había muchos más animales muertos, algunos silvestres, pero que la corriente del río se los había llevado. Una inspección río arriba permitió que los funcionarios de la CRC verificaran la muerte y descomposición de por lo menos 300 gallinazos más.

El administrador de la granja, de quien sólo se conoció su nombre (Daniel), le confirmó a la CRC que 15 días antes se había esparcido un veneno llamado Monocrofs para controlar la proliferación de roedores en el interior de la granja, lo que les ocasionó la pérdida de 500 pollos, además de los efectos ya mencionados en el entorno.

Los habitantes afectados por la pérdida de los animales, cuyo número exacto no se pudo establecer, elevaron su queja ante la corporación ambiental por considerarse perjudicados, entre otras cosas por los olores nauseabundos que tenían que soportar.

Como consecuencia del hecho, la CRC hizo la siguiente observación: “La situación es muy grave, porque el daño que se causó al ambiente con la muerte de los animales silvestres de la zona, en especial las aves de rapiña, es irreversible, pues no podemos olvidar que ellos realizan un trabajo de limpieza” y ordenó la incineración de todos los animales muertos para evitar mayor impacto ambiental.

Posteriormente, el 25 de septiembre, se tomaron muestras del agua y el 3 de octubre la Secretaría de Salud Departamental, en reunión con la comunidad, recomendó no consumir el agua del río La Quebrada. Además, se formuló un requerimiento a la empresa involucrada para verificar el cumplimiento de la normativa ambiental.

EN EL DÍA DEL PERIODISTA

Gabriel García Márquez, un costeño especialista en mamar gallo y escribir novelas que después son llevadas al cine por productores extranjeros, dice que el periodismo es el oficio más hermoso del mundo. Y tiene toda la razón, ninguna ocupación como esta nos permite acercarnos a las mujeres más hermosas de Colombia para entrevistarlas y obtener de ellas las respuestas más profundas y reflexionadas:
Que la persona a la que más admiran es a la Madre Teresa de Calcuta, aunque no estén seguras de si Calcuta queda en China, en Madagascar o es un corregimiento de San Vicente de Chucurí.
Que durante su reinado se dedicarán a realizar desfiles con el fin de conseguir recursos para los más pobres, como los que el gobierno de Cartagena esconde durante el reinado para que no salgan en televisión.

Por eso estamos felices de la pelota al culminar este diplomado que nos ha permitido mejorar nuestra práctica profesional, no importa que nos sigan pagando lo mismo… si es que nos pagan. Aprendimos muchas cosas, por ejemplo, que la fidelidad conyugal es un gran valor que tenemos que preservar, porque si no se arma un lío el macho a la hora de repartir todas las riquezas entre la titular y las provisionales. Afortunadamente en nuestro gremio todos somos fieles y todas mantienen muy ocupadas.

Además en el periodismo la ética es a prueba de todo. A prueba de reelecciones, a prueba de contratos por varios años, a prueba de despidos… pero no es a prueba de balas. El profesional de la comunicación ejerce su trabajo porque le apasiona y también porque de eso vive… y bebe. Aunque no podrá beber mucho si los precios de los artículos de primera necesidad siguen subiendo. Por eso es que a muchos nos toca volvernos todoterreno y aprender a pintar casas a domicilio, a amansar suegras, a sacar perros a miar, a cuidar mujeres casadas, a enderezar puntillas, a rajar de los ausentes, a remendar máquinas de moler, a catar aguardiente.

Mientras tanto nuestras esposas sí trabajan en algo serio para llevar el mercado a la casa. Y no es que seamos unos mantenidos, pero muchos se pasan todo el día sentados en el parque dizque haciendo observación para descubrir la noticia desde un punto de vista que a nadie más se le hubiera ocurrido. Y después llegan a la casa – no sé a cuál – con el cuento de que estuvieron camellando todo el día.

El periodismo en Colombia es la más clara muestra de que este es un estado democrático. Cualquiera lo puede ejercer. Y para hacerlo no se necesita adquirir la experticia que da la reportería o el bagaje que ofrece la academia. Sólo se necesita la cédula. Al menos eso se puede colegir de lo que dice una ley expedida con meros efectos declarativos.

Eso sí. Aquí todos somos objetivos: objetivos de críticas y amenazas, objetivos de cobros judiciales, objetivos de demandas por alimentos, objetivos militares. Esa objetividad nos sirve para no caer en el error de calumniar o mancillar el buen nombre de alguna persona. Y si llega a ocurrir, pues nos retractamos.

Que más le podemos pedir a la vida, además de seguridad social, viáticos, primas técnicas, días de descanso, buen salario, cesantías, crédito para vivienda, educación o vehículo, derecho a la huelga, derecho a la vida… nada más. Estas son razones para decir: que vivan los periodistas, aquí y en todas partes.

Muchas gracias.

LOS SAMANES: HABITANTES MÁS ANTIGUOS DE LA TIERRA DE ORO




Paz, armonía, tranquilidad, alucinación, reciedumbre… son algunos de los calificativos con los que se ha relacionado el samán de Quilichao a lo largo de su ya centenaria historia. Y no puede ser para menos: su elevada y robusta figura semeja una gran montaña que se deja sacudir por los suaves vientos que llegan del cerro de Munchique, fiel vigía del diario acontecer de la Tierra de Oro.

Este majestuoso árbol ha trascendido los linderos de las ciencias naturales y se ha convertido en motivo de inspiración para poetas, pintores, escultores, fotógrafos y sobre todo para un número incalculable de enamorados y enamoradas, que encuentran bajo su tupido follaje el mejor lugar para dar rienda suelta a la galantería y al arte de enamorar, tal vez seducidos por el inexplicable sentimiento de protección y seguridad que brinda el símbolo natural del terruño.

El samán se encuentra en muchos lugares del país, no es un privilegio exclusivo de los quilichagüeños, sólo que son ellos y ellas quienes tradicionalmente han identificado al municipio con éste gigante vegetal, cuyas semillas fueron enviadas desde el departamento de Tolima por el señor Juan Villafañe a solicitud de Aristides Rengifo. Esto ocurrió hacia el año 1897 – según lo testimonia Armando Velasco Zúñiga en su libro “Santander de Quilichao: La evolución de un pueblo con espíritu cívico ancestral” – y las semillas fueron sembradas en tarros de guadua hasta que los arbolitos alcanzaron una altura aproximada de 1,50 metros, momento propicio para ser trasplantados al parque Simón Bolívar, de Santander.

Como parte representativa de la arquitectura vegetal de la zona, el samán es indomable en su territorio, tanto que no ha sido vencido por la fuerza humana, que ha tenido que resignarse a ver como sus raíces emergen del pavimento que trata de esconderlas, reventando las lozas una y otra vez a lo largo de los años. La situación más particular a este respecto se vivió precisamente el año anterior, cuando un grupo de ciudadanos “puso el grito en el cielo” al observar impotentes como una cuadrilla de operarios de la administración municipal cortaba algunas de las raíces del samán, como parte de un conjunto de obras de embellecimiento del parque Bolívar.

Bien reza el dicho que “después de ojo sacado no vale Santa Lucía”. Las raíces se quedaron cortadas y todavía se esperan acciones judiciales en contra de quienes podrían ser los responsables de esta acción, justificada con el argumento de que fue un procedimiento técnico y que mientras no se corten las raíces principales, el árbol no se caerá. Pues amanecerá y veremos.

Mientras tanto, el samán seguirá como observador impasible de los ires y venires de la comarca que orgullosamente se hace llamar “La Ciudad de los Samanes”, pues muchos otros ejemplares se encuentran diseminados por lugares muy atractivos para los visitantes, como la capilla doctrinera de Dominguillo, hermoso recodo de la historia colonial, en el cual se puede deleitar el alma y descansar el cuerpo, o bañarse en las aguas del río Quinamayó. También se encuentra marcado por samanes el sendero que conduce al cerro tutelar de Munchique, sitio sagrado para los indígenas paeces, santuario natural en el que conviven especies animales y vegetales dentro de un esfuerzo comunitario de reforestación y manejo sostenible de la naturaleza.

El samán en la literatura y la música de Quilichao
El sitio que ocupa el samán en Santander de Quilichao, no es sólo físico, pues trasciende los imaginarios colectivos que lo relacionan con la belleza, la placidez, la tranquilidad, etc. Tal vez el lugar más privilegiado por su ubicación es el Colegio Instituto Técnico, ubicado a un costado del parque Simón Bolívar. Sobre uno de sus tejados descansa uno de los más frondosos ramales del samán, que a fuerza de perseverancia “entró” en el diseño del escudo y del himno de la institución educativa, cuya primera estrofa dice así:

A la orilla de plácido río
A las plantas de esbelta colina
Alejado de bulla dañina y
A la sombra de inmenso samán
Te levantas plantel de las musas
Donde corren torrentes de ciencia
Y se eleva hasta dios la conciencia
Y esperanzas risueñas están.

Un hermoso bambuco dedicado a Quilichao hace parte de la música típica colombiana, con una historia de aquellas macondianas. Jorge Villamil entregó la preciosa composición a la ciudadanía de Santander el 11 de diciembre de 1976 en el recinto del Concejo Municipal, como gesto de agradecimiento por la solidaridad que recibió el músico de parte del pueblo quilichagüeño cuando, en el mes de mayo del mismo año tuvo que comparecer en un juzgado local para responder por algunos hechos de su ejercicio profesional como médico. Se trata del bambuco Tierra del Oro, que canta en uno de sus versos:

Tierra del Oro
Rincón del Cauca
Donde a la sombra
De sus samanes
Se vive plena
La paz del alma…

Por su parte el poeta Manuel María Astudillo compuso el poema Rincón nativo, que menciona el samán en los siguientes términos:

Cuando asoma
la luna tras la loma,
aquella dulce lira
se trueca en rumorosa
serpiente luminosa
que hace de espumas íntimas violetas;
y con voces secretas
de incontenible afán,
él ofrece a los labios
de corazón cautivo
el pródigo samán

No puede faltar en esta recopilación el Himno a Quilichao, compuesto por José Antonio Tello, que en su tercera estrofa dice:

Marchemos, hermanos marchemos unidos,
Fuertes en la lucha por noble ideal;
Que sean nuestros campos jardines floridos
Y sea nuestra insignia el recio samán

Para terminar está el poema El samán de Quilichao, del poeta bogotano Roberto Liévano, que empieza con estos versos:

Samán que alucinado miré un día
Clara ciudad y silenciosa calle
Y hoy evoco en absorta lejanía
Bajo cielo feliz, en hondo valle.

El arte de HACER EL HUMOR, según “PINCEL BRAVO”


Por Néstor Fabio Buitrago Giraldo

Caleb era hijo de Jefoné según el relato que recoge la Biblia de Jerusalén, y fue uno de los encargados de explorar la tierra prometida por encargo de Moisés, de lo cual dio “un informe con toda sinceridad” (Libro de Josué 14, 6 y siguientes). Pues su homónimo quilichagüeño hace exactamente lo mismo que el patriarca bíblico: informar con toda sinceridad… y con un poquito de ironía y humor.

Caleb Antonio Avendaño Mosquera – que así se llama nuestro informante - nació en Santander de Quilichao en 1942. Fueron sus padres Beatriz y Guillermo. Realizó sus primeras letras y dibujos en su tierra natal, y aprendió artes plásticas, dibujo artístico, pintura y caricatura en una academia de Cali y en una tal Universidad Popular Sudamericana en los años 60, en las que fue puliendo su sensibilidad natural. Esa misma sensibilidad artística que lo traicionó el día que su hija Beatriz Elena celebró su fiesta de 15 años, pues cuando fue a decir unas palabras, éstas se ahogaron en el llanto de un padre orgulloso y emocionado. Así es el pintor y caricaturista Caleb, quilichagüeño de pura cepa, mamagallista, buen católico, irreverente, reportero gráfico sin cámara y testigo de humor de la vida diaria de Santander desde hace 40 años… por lo menos. Ni el vértigo de Ménière, que le ha hecho perder parte de su audición en el último año, ha afectado su capacidad de graficar lo que ninguna otra persona se atreve a decir en Quilichao.

Respecto a su vocación dice: “Eran inquietudes de uno como estudiante de dibujar a los profesores, de hacer caricaturas de las enseñanzas del bachillerato”. Empezó su vida laboral en los distintos bancos de Santander, trabajó en una farmacia, en los juzgados y posteriormente pasó a ser docente de dibujo en el Colegio Fernández Guerra, institución en la que laboró durante ocho años… ¿Cuáles años? La respuesta del maestro es definitiva: “Para retener fechas si soy muy malo”. O sea que de aquí en adelante hablaremos de un eterno presente.

Aunque ha explorado diversas técnicas: plumilla, acrílico, acuarela, óleo, dice que la caricatura es más comercial y “hay que buscarle la comodidad a la gente según su capacidad”. Hace algunos años – no deben ser muchos según su conveniente memoria – trabajó como caricaturista para los periódicos El Pueblo y El Caleño, de Cali. “Los periódicos de Santander todos esperan que les haga caricaturas, que les colabore pa´ aumentar su caudal de ventas, pero económicamente no representa nada” dice con cierto aire de desconsuelo y agrega: “En una ocasión un periódico de aquí – me reservo el nombre - se apropió de una caricatura mía, lo que ocasionó cierto disgusto con el dueño. A ellos les gusta conseguir caricaturas gratuitamente, que no les cobre honorarios”.

La culpa es de “Barrilito”
Fue Guillermo Holguín, mejor conocido como ´Barrilito´ - ahora cronista de la patria celestial - quien le puso el apodo de “Pincel Bravo”, debido a la agresividad de sus dibujos. Este periodista de la vieja guardia que conocía las aptitudes de Caleb, lo metió en la caricatura periodística. “Yo le dije que no tenía ni idea y él me empujó. Que tenía que hacer caricatura, que sí podía, me metió en el paseo y yo seguí como caricaturista. Con él estuvimos compartiendo las sillas de los juzgados, él metido en problemas como periodista y yo acompañándolo gráficamente” dice sin dejar de reírse. “Me acostumbré a tener líos con jueces y fiscales y de todos salía airoso. Casi siempre basaba las caricaturas en hechos reales: negligencia y abuso de autoridad, incumplimiento de horarios, desmanes de funcionarios y otras perlas por el estilo, llegando hasta que ellos nos tenían miedo porque no escondíamos nada, todo lo sacábamos a la luz en artículos y en caricaturas. Y se nos respetaba”.
Para Caleb la historia reciente de Santander está registrada en personajes que aún viven y en otros que ya han fallecido, en eventos de la vida particular y política del pueblo, como las tomas guerrilleras que ha sufrido la localidad. Una de ellas ocurrió cuando la sucursal del Banco de Colombia estaba ubicada en la esquina de la calle 5 con carrera 11. Según el maestro, en medio de ese ataque, algunos agentes de policía se escondieron en un baño, otro que estaba de guardia en el hospital salió disfrazado con una pijama, y otro parroquiano más se puso de “zalamero” con una guerrillera que le dijo “metete al carro y no jodás más”, con lo que cayó desmayado el valiente rompecorazones.

No han faltado los problemas, las amenazas y las agresiones físicas. El que más recuerda es el caso de una profesora que se atribuyó el protagonismo de una caricatura titulada “La flor del trabajo”, razón por la cual instauró una acción de tutela que fue fallada a favor del maestro en 1ª y 2ª instancia y se fue a la Corte Constitucional a revisión. Después de un año regresó el abogado de la profesora que había logrado “tumbar” los fallos del juez de Santander, con una orden de la Corte Constitucional que obligaba a Caleb a rectificar – según sus propias palabras - “algo que yo no había dicho”.

Aunque lo expresado en la caricatura no se refería a una persona en particular, él tuvo que hacer una rectificación en una emisora de radio y en un periódico de buen tiraje y cobertura. “Fue una injusticia lo que hicieron conmigo, me colocaron entre la espada y la pared a rectificar algo que no había dicho. De lo contrario hubiera ido a parar a la cárcel por desacato a la Corte Constitucional”.

Sus fuentes están por todas partes. “La gente se encarga de informarme lo que pasa y yo de ponerle la chispa”. Así ocurrió con el infortunado acontecimiento de los gatos rabiosos. “Con el cuento de los gatos del Instituto Técnico tuve que sacar a relucir un problema de unas profesoras del colegio que se tiraron del pelo delante de los alumnos. Eso fue mucho antes, pero yo lo retomé para este caso y concluí en otra caricatura que la agresión de esas profesoras había tenido algo que ver con el gato, porque según el decir de mucha gente una de ellas había mordido al gato y lo había contagiado. Y como el día que se agarraron hubo eclipse de luna, incluí ese fenómeno sideral como parte del cuento”. Así es Caleb, y así seguirá siendo para bien de los caucanos.